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sábado, agosto 2, 2025
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Taxistas Franceses Colapsan París en Protesta por Tarifas y VTC

Desde el 19 de mayo de 2025, los taxistas franceses han paralizado París y otras ciudades durante cinco días consecutivos, con protestas que alcanzaron su punto álgido el 23 de mayo al bloquear la Gare de Lyon. Estas movilizaciones, lideradas por la Federación Nacional de Taxis (FNDT), rechazan el nuevo convenio de la Caisse Nationale d’Assurance Maladie (CNAM) para el transporte de pacientes, que entrará en vigor el 1 de octubre de 2025, y denuncian la competencia desleal de plataformas de vehículos de turismo con chófer (VTC) como Uber. Las “operaciones caracol” y bloqueos estratégicos han causado más de 400 kilómetros de atascos en Île-de-France, enfrentamientos con la policía y 64 detenciones, exponiendo la desesperación de un sector que lucha por su supervivencia frente a políticas gubernamentales y digitales que amenazan su sustento. Mientras el Gobierno promete diálogo, la sociedad paga el precio de un conflicto que revela la fragilidad del equilibrio económico en el transporte.

Operaciones Caracol y Caos en París

Las protestas comenzaron el 19 de mayo con concentraciones en el bulevar Raspail, frente al Ministerio de Transportes, y se intensificaron con bloqueos en autopistas clave como la A1, A6 y A13, además de accesos a los aeropuertos Charles de Gaulle y Orly. La táctica de “operación caracol”, en la que cientos de taxis circulan a baja velocidad, colapsó la circunvalación parisina, generando 400 kilómetros de atascos el 21 de mayo, según la prefectura. El 22 de mayo, 1.700 taxis, 960 en París, mantuvieron la presión, mientras el 23 de mayo, unos 40 taxis bloquearon la Gare de Lyon, afectando a viajeros y al transporte público. La FNDT, que estimó la participación de 5.000 vehículos a nivel nacional, denuncia una pérdida de facturación del 30-40% por las nuevas tarifas de transporte sanitario, que combinan una tarifa fija y un pago por kilómetro ajustado por departamento.

El 19 de mayo, las protestas derivaron en violencia, con taxistas quemando neumáticos y encendiendo bengalas, lo que llevó a enfrentamientos con la policía y 64 arrestos. Las autoridades, reacias a escalar el conflicto, han tolerado bloqueos parciales, pero advirtieron que el diálogo depende de cesar las protestas. El primer ministro François Bayrou, también alcalde de Pau, donde se registraron movilizaciones, se reunirá con los sindicatos el 24 de mayo, pero la FNDT exige una mesa interministerial con los Ministerios de Transporte, Salud y Economía para revisar las tarifas y regular los VTC.

Las protestas no se limitaron a París. Ciudades como Lyon, Marsella y Pau vieron bloqueos, con Pau adquiriendo un carácter simbólico por ser el bastión de Bayrou. Olivier Faure, líder del Partido Socialista, se reunió con taxistas en Pau el 22 de mayo, urgiendo al Gobierno a reanudar el diálogo tras la “revisión unilateral” de las tarifas. Sin embargo, la falta de avances concretos ha llevado a los taxistas a mantener las movilizaciones, con declaraciones de protesta hasta el 27 de mayo, según Sortiraparis.com, lo que amenaza con prolongar el caos vial.

Contexto: Tarifas Sanitarias y Competencia Desleal

El núcleo de la protesta es el nuevo convenio de la CNAM, que busca racionalizar los 6.740 millones de euros anuales en transporte sanitario, promoviendo viajes compartidos y revisando tarifas. Los taxistas, que dependen de estos servicios para el 40% de sus ingresos, según la FNDT, argumentan que la remuneración propuesta reduce drásticamente sus márgenes, especialmente para trayectos cortos. Este cambio, combinado con la inflación (2,2% en Francia en 2024) y el aumento de los costos operativos, pone en riesgo la viabilidad de las 60.000 licencias de taxi en el país.

La competencia de los VTC, liderados por Uber, es otra agravante. A diferencia de los taxistas, que operan bajo estrictas regulaciones y tarifas fijas, los VTC ofrecen precios dinámicos y flexibilidad, captando una cuota creciente del mercado. En 2024, Uber representó el 20% de los traslados urbanos en París, según Le Figaro, mientras los taxistas denuncian que las plataformas evaden impuestos y requisitos de licencias. La FNDT reclama una regulación más estricta, similar a la ley francesa de 2014 que limitó los VTC, pero la falta de aplicación efectiva ha avivado las tensiones.

El precedente de protestas similares en Francia, como las de 2016 contra Uber o las de los chalecos amarillos en 2018, muestra la capacidad de los taxistas para sostener movilizaciones prolongadas. Sin embargo, la opinión pública está dividida: mientras algunos apoyan su lucha contra la precarización, otros critican el impacto en la movilidad, con el metro y los trenes RER saturados.

Un Sector al Límite y un Gobierno bajo Presión

La movilización de los taxistas revela un problema estructural: un sector tradicional enfrentado a la digitalización y a políticas de austeridad que priorizan el control del gasto público sobre la sostenibilidad de los trabajadores. El Gobierno de Emmanuel Macron, debilitado por protestas previas de agricultores y transportistas, enfrenta un dilema. Conceder a los taxistas podría desatar demandas de otros sectores, mientras que ignorarlos arriesga una escalada de violencia, como ocurrió el 19 de mayo. La reunión del 24 de mayo con Bayrou será crucial, pero la desconfianza hacia el Ejecutivo, acusado de imponer reformas sin diálogo, complica las negociaciones.

La sociedad francesa, atrapada en el caos, paga las consecuencias de un sistema que no equilibra innovación y tradición. Los taxistas, con un ingreso medio de 2.000 euros mensuales tras gastos, según la FNDT, no solo luchan por tarifas, sino por su dignidad en un mercado que los margina. La falta de regulación efectiva de los VTC y la rigidez de la CNAM reflejan un fracaso político que no aborda las necesidades de los trabajadores ni de los pacientes, quienes enfrentan retrasos en traslados médicos. En España, donde los taxistas también protestaron contra Uber en 2018, el conflicto francés es un recordatorio de los riesgos de la liberalización sin control. Y una muestra más de que el monopolio de los taxistas debe acabar.

El futuro del conflicto depende de la voluntad de diálogo. Sin un compromiso que revise las tarifas y regule los VTC, las protestas podrían extenderse, afectando la economía parisina, que pierde 100 millones de euros diarios por los atascos, según Le Monde. Los taxistas merecen ser escuchados, pero la solución no puede ignorar a los usuarios ni al avance tecnológico. Francia necesita un modelo que no deje a nadie atrás.

Taxistas bloquean París, pero el Gobierno y Uber siguen sin escuchar 🚖.

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