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sábado, agosto 2, 2025
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Meloni Corta la Inmigración Ilegal: Plan Mattei Reduce un 52% las Llegadas

El gobierno italiano de Giorgia Meloni ha logrado reducir un 52% las llegadas de inmigrantes ilegales en los últimos dos años, pasando de 58.000 en los primeros seis meses de 2023 a 5.578 hasta el 20 de junio de 2025. Esta caída, impulsada por el ambicioso Plan Mattei y acuerdos con países africanos como Túnez, Libia y Egipto, posiciona a Italia como referente en el control migratorio. Con una inversión de 1.200 millones de euros en proyectos de desarrollo en África, Meloni busca atacar las causas de la migración, mientras medidas como el acuerdo con Albania para centros de repatriación y sanciones a ONGs refuerzan la mano dura contra las mafias del tráfico humano. Sin embargo, estas políticas, que han reducido un 51,38% las llegadas de menores no acompañados, enfrentan críticas por posibles vulneraciones de derechos humanos y tensiones judiciales. El contraste con España, donde las llegadas crecieron un 277% en 2024, subraya el impacto de la estrategia italiana, aunque su sostenibilidad a largo plazo sigue en debate.

El Plan Mattei: Una Nueva Narrativa para África

El Plan Mattei, presentado por Meloni en enero de 2024, es el pilar de su estrategia migratoria, con una inversión inicial de 5.500 millones de euros en educación, sanidad, agricultura, agua y energía en países africanos. En 2025, se añadieron 1.200 millones para proyectos respaldados por la Unión Europea, enfocados en fomentar el desarrollo local y reducir la necesidad de emigrar. La primera ministra ha defendido esta iniciativa como una “nueva narrativa” para África, que posee el 30% de los recursos minerales y el 60% de las tierras cultivables del planeta, pero sufre explotación histórica. “Queremos que los jóvenes africanos tengan un futuro en su tierra, no en manos de traficantes”, afirmó en un foro en Roma.

Los resultados son evidentes. En los primeros seis meses de 2025, las llegadas ilegales cayeron un 62,81% respecto a junio de 2023, con Túnez, que representaba el 62% de los flujos en 2023, reduciendo sus salidas tras un pacto de 331 millones de euros firmado en julio de 2023. Acuerdos similares con Libia y Egipto, este último con 7.400 millones hasta 2027, han reforzado el control de fronteras en el Mediterráneo Central. En X, usuarios han elogiado el pragmatismo de Meloni, pero otros denuncian que los fondos europeos se destinan a regímenes autoritarios, como el de Kais Saied en Túnez, acusado de xenofobia contra migrantes subsaharianos.

La estrategia, aunque efectiva, no está exenta de críticas. Organizaciones como Amnistía Internacional advierten que los pactos con países como Libia, donde se han documentado torturas en centros de detención, comprometen los derechos humanos. La dependencia de gobiernos inestables, como el de Libia, plantea riesgos a largo plazo, especialmente tras el caos político reciente en el país. Italia, sin embargo, insiste en que el Plan Mattei no solo frena la migración, sino que impulsa una cooperación equitativa con África, alejada del colonialismo.

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Medidas Contundentes: Mano Dura y Externalización

Más allá del Plan Mattei, Meloni ha implementado políticas de control migratorio que han marcado la diferencia. El acuerdo con Albania, ratificado en febrero de 2024, permite procesar a inmigrantes ilegales en dos centros de recepción en Gjader y Shengjin, con capacidad para 3.000 personas. En 2025, Italia completó el traslado de 49 inmigrantes, aunque el plan enfrentó reveses judiciales, con tribunales italianos cuestionando la seguridad de países como Bangladesh o Túnez. Meloni, tras un decreto en octubre de 2024 que redujo la lista de países seguros de 22 a 19, insiste en blindar legalmente las deportaciones, aunque el coste de 800 millones en cinco años genera críticas.

Otra medida clave ha sido el endurecimiento contra ONGs que rescatan migrantes en el Mediterráneo. En 2024, el barco Geo Barents de Médicos Sin Fronteras fue embargado 60 días por “poner en peligro vidas” al no informar oportunamente, una sanción que forma parte de una campaña de 18 meses contra grupos humanitarios. Las llegadas, que alcanzaron 157.600 en 2023, cayeron a 39.500 en 2024, un 60% menos, según datos oficiales. En X, usuarios han aplaudido la reducción, pero otros acusan a Meloni de criminalizar la ayuda humanitaria, señalando que las sanciones elevan el riesgo de muertes en el mar.

La restricción del derecho de asilo y la ampliación del periodo de retención de inmigrantes de 3 a 18 meses, aprobada en 2023, han desincentivado las llegadas. Además, una garantía financiera de 5.000 euros por inmigrante para cubrir alojamiento y repatriación ha aliviado la presión sobre centros de acogida, aunque colapsados en Lampedusa en 2023 con 12.000 llegadas en semanas. Estas medidas, combinadas con una lista de países seguros que facilita deportaciones rápidas, han reducido los menores no acompañados de 18.000 en 2023 a 8.752 en 2024, un 51,38% menos.

Contrastes y Tensiones: Italia vs. España

El éxito de Italia contrasta con la situación en España, donde las llegadas ilegales crecieron un 277% en el primer trimestre de 2024, especialmente en Canarias, que recibió más de 30.000 migrantes desde 2019. Mientras Meloni negociaba con Túnez y Libia, España enfrentaba una “emergencia” en sus costas, según el viceministro italiano Nicola Molteni. En X, usuarios han comparado la “mano dura” de Meloni con la percepción de un “efecto llamada” en España, aunque las rutas migratorias, influenciadas por factores como la inestabilidad en el Sahel, no son directamente comparables.

Las tensiones internas en Italia también son notables. La oposición, liderada por el Partido Democrático de Elly Schlein, ha denunciado el acuerdo con Albania como “ilegal” y exigido disculpas por los 18.000 euros por migrante invertidos en traslados fallidos. Matteo Salvini, viceprimer ministro, enfrenta un juicio por bloquear el barco Open Arms en 2019, un caso que Meloni ha defendido como “deber de proteger fronteras”. La justicia italiana, que rechazó el 90% de las retenciones en Palermo y Catania en 2024, representa un obstáculo para Meloni, quien acusa a los jueces de “promover la inmigración ilegal”.

La Unión Europea, con Ursula von der Leyen respaldando el Plan Mattei, ha validado la externalización de fronteras, una estrategia iniciada con Turquía en 2016. Sin embargo, el Tribunal de Justicia de la UE ha limitado la lista de países seguros, complicando las deportaciones. Meloni, que aspira a liderar un modelo europeo con el pacto migratorio de 2026, enfrenta el desafío de alinear sus políticas con el derecho internacional, mientras mantiene el apoyo de líderes como Alberto Núñez Feijóo o Keir Starmer, quienes han elogiado su enfoque.

¿Un Modelo Sostenible o un Parche Temporal?

El 52% de reducción en llegadas ilegales es un logro innegable, pero la sostenibilidad del modelo de Meloni está en duda. La dependencia de regímenes autoritarios, como el de Túnez, y la inestabilidad en Libia plantean riesgos. La inversión de 5.500 millones en el Plan Mattei, aunque significativa, es insuficiente para abordar las causas estructurales de la migración, como la pobreza o el cambio climático. La ONU ha advertido que las políticas de “línea dura” no detienen la migración, sino que aumentan el sufrimiento en rutas marítimas, con 2.500 muertes en el Mediterráneo en 2023.

La sociedad italiana, donde solo el 20% ve la inmigración como prioridad frente al 48% en 2018, respalda a Meloni, cuya coalición mantiene una sólida mayoría. En X, usuarios celebran que “Italia no es Lampedusa”, pero otros temen que el enfoque represivo deshumanice a los migrantes. España, con su crisis en Canarias, podría aprender de la cooperación internacional de Italia, pero sin replicar medidas que bordean el derecho humanitario. Meloni ha demostrado que la inmigración ilegal puede frenarse, pero el coste ético y político de su estrategia sigue dividiendo.

Italia necesita una transición migratoria justa, que combine desarrollo en África con respeto a los derechos humanos. El Plan Mattei es un paso, pero sin un enfoque global, los flujos seguirán desviándose a rutas como la de Canarias. Meloni, con su “paciencia y determinación”, ha cambiado el mapa migratorio europeo, pero el desafío es garantizar que su legado no sea solo un freno temporal, sino una solución duradera.

Meloni frena la inmigración ilegal, pero ¿CUANTO DURARA? 🌍

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