La Comunidad de Madrid, bajo el gobierno del Partido Popular, ha aprobado un contrato de 220.630 euros para adquirir 3.850.000 preservativos masculinos, 20.000 preservativos femeninos y 700.000 dosis de lubricante de cara al Orgullo LGTBI 2025, que se celebrará del 27 de junio al 6 de julio. Esta inversión, gestionada por la Consejería de Sanidad, busca reforzar la prevención del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) durante un evento que atrae a millones de visitantes. El contrato, con una duración de 120 días, supera ligeramente el gasto de 2024, cuando se destinaron 220.480 euros a un suministro similar. Sin embargo, la medida ha desatado críticas por su coste y prioridad, con sectores cuestionando si el dinero público debería destinarse a otras necesidades urgentes, como la atención sanitaria o la vivienda. Este gasto, enmarcado en políticas de salud pública, reaviva el debate sobre el equilibrio entre prevención y asignación de recursos en un contexto de precariedad económica para muchos madrileños.
El gasto superfluo del PP no tiene límites: 2,5 millones de € para colectivos LGTBI en un año y 220.000 € para comprar preservativos y lubricantes con sabor a fruta.
— Grupo Parlamentario VOX en Madrid (@vox_asambleamad) June 16, 2025
A Ayuso le gusta mucho la fruta, pero a VOX no le gusta nada que se despilfarre el dinero de los madrileños. pic.twitter.com/FKAdg9UZ6x
Una Inversión para la Prevención del VIH y las ITS
El contrato, identificado con el código 25LT/2025, se divide en tres lotes que incluyen preservativos masculinos, femeninos y lubricantes monodosis, todos destinados a promover prácticas sexuales seguras durante el Orgullo LGTBI, un evento que reúne a más de dos millones de personas en Madrid. Los preservativos masculinos, que representan el grueso del suministro con 3.850.000 unidades, incluyen variedades como extrafuertes, de sabor y XL, mientras que los 20.000 preservativos femeninos buscan atender a colectivos diversos. Las 700.000 dosis de lubricante, diseñadas para uso vaginal, anal u oral, cumplen especificaciones técnicas para garantizar compatibilidad y seguridad.
La Consejería de Sanidad justifica la inversión como parte de una estrategia de salud pública para reducir los casos de VIH, que afectan a unas 150.000 personas en España, y otras ITS, como la gonorrea, cuya incidencia ha crecido un 26% anual desde 2013. La campaña, que promueve el lema “Siempre precaución”, se enfoca en concienciar a los jóvenes sobre la importancia de la protección en un contexto de alta actividad social y sexual. En 2024, se distribuyeron más de 4,5 millones de unidades durante el Orgullo, y la edición de 2025 espera superar esta cifra, respondiendo a la afluencia masiva de visitantes y la necesidad de prevención en eventos festivos.
La inversión, que asciende a 234.560 euros con impuestos, es ligeramente superior a la de 2024, cuando se adquirieron 3.950.000 preservativos masculinos, 15.000 femeninos y 700.000 lubricantes por 150 euros menos. Este aumento se atribuye a ajustes en los costes de suministro y la inclusión de más preservativos femeninos, un 33% más que el año pasado. Sin embargo, la licitación, aún en plazo abierto, ha generado críticas por su magnitud en un momento en que el 23% de los hogares españoles no puede ahorrar y el 16% depende de ayuda externa para subsistir.
AYUSO queremos que madrid siga los pasos de hungria en este tema. no debe existir algo como el colectivo lgtbiq+.
Críticas y Polémica: ¿Una Prioridad Cuestionable?
La decisión de destinar más de 220.000 euros a preservativos y lubricantes ha desatado un intenso debate. Sectores críticos, especialmente en redes sociales, han cuestionado el uso de fondos públicos para un evento específico, argumentando que necesidades como los centros de salud, la atención a mayores o la vivienda asequible deberían priorizarse. En X, usuarios han señalado que, mientras muchos madrileños enfrentan dificultades económicas, el gasto en “chiringuitos ideológicos” parece desproporcionado. Otros han ironizado sobre la inversión, destacando la inclusión de preservativos de sabores como fresa, que consideran un lujo innecesario en un contexto de crisis.
El coste del contrato, equivalente a financiar el salario anual de 10 médicos de atención primaria, ha sido un punto de fricción. La sanidad madrileña, con listas de espera que afectan al 20% de los pacientes en atención especializada, enfrenta críticas por falta de recursos. En regiones como Las Rozas, donde no hay centros de salud suficientes para 100.000 habitantes, la inversión en preservativos se percibe como una prioridad mal calibrada. Además, el aumento de la deuda autonómica, que alcanzó el 21,1% del PIB en 2024, refuerza las demandas de una gestión más austera de los fondos públicos.
Por otro lado, defensores de la medida argumentan que la prevención de ITS es una inversión a largo plazo que reduce costes sanitarios. Tratar un caso de VIH puede costar al sistema hasta 15.000 euros anuales por paciente, mientras que las campañas de prevención como esta tienen un impacto directo en la reducción de diagnósticos. En 2023, el 92,5% de las personas con VIH en España conocían su diagnóstico, y el 90,4% tenían carga viral indetectable, gracias a programas como la Profilaxis Pre-Exposición (PrEP), que atiende a 23.000 personas. Sin embargo, la falta de campañas educativas más amplias y la concentración del gasto en un solo evento generan dudas sobre la eficacia de la estrategia.
El Equilibrio entre Salud Pública y Prioridades Sociales
El Orgullo LGTBI, uno de los eventos más importantes de Madrid, no solo promueve la diversidad, sino que también impulsa la economía local, con un impacto estimado de 200 millones de euros en 2024. La inversión en preservativos y lubricantes se enmarca en esta dinámica, buscando proteger a una población diversa y numerosa durante un periodo de alta actividad sexual. Sin embargo, el contexto económico, con un 43,2% de desempleo juvenil y un 12,2% de aumento en el precio de la vivienda, pone en cuestión si el Gobierno regional está atendiendo las necesidades más urgentes de los madrileños.
La Consejería de Sanidad ha defendido el contrato como parte de una política de prevención consolidada, que se remonta a 2012, cuando se distribuyeron 60.000 kits durante el Orgullo. Desde entonces, el gasto ha crecido progresivamente, pasando de 175.674 euros en 2022 a los 220.630 actuales, reflejando el aumento de la demanda y los costes. Sin embargo, la falta de transparencia en la licitación, que no detalla cómo se distribuirán los 4,5 millones de unidades, alimenta sospechas sobre su gestión. La sociedad reclama un equilibrio entre la prevención sanitaria y la atención a otras crisis, como la precariedad económica que afecta al 28% de los hogares de clase baja o media-baja.
La polarización en torno al gasto refleja tensiones más profundas. Mientras algunos ven el Orgullo como una oportunidad para promover la salud sexual, otros lo perciben como una celebración que prioriza a un colectivo específico en detrimento de necesidades generales. La inversión en programas para colectivos vulnerables, como los 675.000 euros destinados a personas LGTBI en 2023, refuerza esta percepción. Madrid necesita una estrategia que integre la prevención de ITS con políticas que aborden la desigualdad económica, garantizando que los recursos públicos beneficien a todos.
🤬 Casi 700.000 € del Gobierno de Ayuso para preservativos y lubricantes en el Orgullo y para el chiringuito LGTBI.
— Grupo Parlamentario VOX en Madrid (@vox_asambleamad) June 19, 2025
💸 Mientras miles de madrileños no llegan a final de mes, Ayuso despilfarra el dinero público en chiringuitos ideológicos.
🚫 Ni un euro más para chiringuitos… pic.twitter.com/XFhw54WsrH
Un Futuro que Exige Prioridades Claras
La inversión de 220.630 euros en preservativos y lubricantes para el Orgullo 2025 pone de manifiesto un dilema: cómo equilibrar la salud pública con las demandas de una sociedad en crisis. La prevención del VIH y las ITS es innegociable, pero el contexto económico exige una gestión más transparente y equitativa. El Gobierno regional debe justificar por qué un evento de 10 días concentra tal cantidad de recursos, mientras problemas estructurales como el acceso a la vivienda o la atención sanitaria siguen sin resolverse. Una campaña educativa más amplia, que no se limite al Orgullo, podría maximizar el impacto de estas medidas sin generar controversia.
La sociedad madrileña, con un 23% de hogares sin ahorros, merece un sistema que priorice sus necesidades esenciales sin descuidar la salud pública. La Consejería de Sanidad debe reforzar la comunicación sobre los beneficios de estas campañas, detallando cómo se distribuyen los recursos y su impacto real. Sin un enfoque integral que combine prevención, inclusión y apoyo económico, Madrid seguirá atrapada en un debate estéril sobre prioridades. La sostenibilidad social y sanitaria requiere decisiones valientes y transparentes, no gestos que dividen.
Madrid invierte en prevención, pero ¿a costa de los más necesitados? 🩺
