El 21 de junio de 2025, la archieparquía siria católica de Mosul celebró un hito esperanzador en Qaraqosh, conocida como Baghdeda, donde más de 450 niños y niñas recibieron su Primera Comunión en varias iglesias de esta ciudad del norte de Irak. Una década después de la brutal persecución del Estado Islámico (ISIS), que obligó a entre 100.000 y 120.000 cristianos a huir de la Llanura de Nínive en 2014, la comunidad cristiana muestra signos de renacimiento. Pese a que la población cristiana de Qaraqosh ha disminuido de 60.000 a cerca de 30.000, miles han regresado desde la liberación de la ciudad en 2017, reconstruyendo hogares y templos. El arzobispo Benedictus Hanno destacó la fe de las familias como un “castillo fortificado” contra la adversidad. En un país donde el 20% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, este acto simboliza la resiliencia de una comunidad que, apoyada por la visita del Papa Francisco en 2021, se aferra a su herencia espiritual.
Un Regreso Marcado por la Fe
La ciudad de Qaraqosh, situada a 25 kilómetros de Mosul, fue devastada por ISIS entre 2014 y 2016, cuando los yihadistas profanaron iglesias, quemaron manuscritos y marcaron casas cristianas con la letra “nun” (ن) como símbolo de persecución. Tras la derrota del ISIS en 2017, unas 9.000 de las 13.200 familias cristianas desplazadas de la Llanura de Nínive han regresado, apoyadas por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que ha invertido 56 millones de euros en 500 proyectos de reconstrucción. La catedral de la Inmaculada Concepción, visitada por el Papa Francisco en 2021, se convirtió en un símbolo de esperanza tras su restauración. Las ceremonias de Primera Comunión, celebradas a lo largo de mayo y junio de 2025, reflejan el compromiso de las familias cristianas con su fe, a pesar de las cicatrices de la guerra y la inestabilidad regional.
El arzobispo Hanno, en sus homilías, subrayó el papel de los padres en transmitir la fe, afirmando que un hogar unido en la creencia resiste “la maldad y la confusión”. La iglesia de Al-Tahira, la mayor iglesia siria católica de Oriente Medio, reconstruida con fondos de ACN, acogió varias de estas ceremonias. Sus 22 pilares de mármol, dañados por el fuego y las balas del ISIS, hoy sostienen un espacio donde los niños reciben la Eucaristía. Este renacimiento se produce en un contexto de tensión, con bombardeos turcos en el norte y la influencia del islam político, que sigue limitando los derechos de los cristianos, considerados “ciudadanos de segunda” según el cardenal Louis Raphael Sako.
La Iglesia Católica está resurgiendo en Irak, apenas una década después de enfrentar la brutal persecución del Estado Islámico.
— Universitarios Católicos (@UniCatolicos_es) June 19, 2025
Cientos de niños católicos recibieron su Primera Comunión el pasado domingo. pic.twitter.com/1uX1PdD0Rq
Reconstrucción y Resiliencia Cristiana
La comunidad cristiana de Irak, una de las más antiguas del mundo desde el siglo I, ha enfrentado siglos de persecución, desde el dominio otomano hasta los ataques de Al Qaeda y el ISIS. En 2003, los cristianos sumaban 1,5 millones, el 6% de la población; en 2024, se estima que apenas quedan entre 150.000 y 295.000, con la mayoría perteneciendo a la Iglesia católica caldea y la siria católica. La Llanura de Nínive, con ciudades como Qaraqosh, Erbil y Bartella, sigue siendo su bastión. ACN ha reconstruido 13.000 hogares y 363 edificios religiosos, permitiendo el regreso de familias que huyeron a zonas kurdas o al extranjero. La iglesia de San Benham y Santa Sara en Qaraqosh, restaurada en 2024, es otro ejemplo de este esfuerzo.
La visita del Papa Francisco en 2021, la primera de un pontífice a Irak, marcó un punto de inflexión. Su encuentro con el Gran Ayatolá Al-Sistani reforzó el diálogo interreligioso, mientras su oración en la catedral de la Inmaculada Concepción inspiró a los fieles a permanecer. Sin embargo, los cristianos enfrentan desafíos persistentes: la Constitución de 2005 establece el islam como fuente de legislación, lo que discrimina a las minorías, y los conversos del islam sufren acoso y amenazas. En 2023, dos conversos fueron perseguidos por compartir su fe en internet, y los líderes cristianos enfrentan restricciones de movimiento y riesgos de secuestro.
Un Testimonio de Esperanza
Las Primeras Comuniones de 450 niños en Qaraqosh son un faro de esperanza en una región marcada por la violencia. En 2014, las campanas de las iglesias dejaron de sonar por primera vez en 2.000 años, pero hoy resuenan nuevamente. El padre Karam Shamasha, sacerdote caldeo, describió estas ceremonias como un “milagro” tras años de destrucción. Las familias, que han reconstruido sus vidas con el apoyo de ACN y el Comité de Reconstrucción de Nínive, ven en sus hijos la continuidad de su fe. Monseñor Nizar Semaan, arzobispo de Adiabene, comparó a los cristianos con “olivos que, aunque quemados, siguen dando fruto”.
La persecución del ISIS, reconocida como genocidio por el Parlamento Europeo en 2016, dejó traumas profundos. Miles de cristianos fueron asesinados, como el arzobispo Paulos Faraj Rahho en 2008, y otros, como Rahel Ishaq, resistieron el exilio. Sin embargo, la comunidad se aferra a su identidad. Las mujeres cristianas, especialmente las sobrevivientes de la violencia del ISIS, enfrentan traumas psicológicos, pero programas de atención postraumática de organizaciones como Puertas Abiertas han ayudado a sanar heridas. La educación también es clave: ACN ha financiado escuelas temporales y salarios de profesores, fortaleciendo la presencia cristiana.
«Es hermoso ver a 450 niños siríacos católicos de la ciudad de Qaraqosh (Baghdeda), en la llanura de Nínive, Irak, recibir su Primera Comunión. Esta ciudad fue tomada por terroristas del ISIS en 2014, pero sus habitantes son resilientes y se han reconstruido tras tanta tragedia». https://t.co/bdBdz8GAil pic.twitter.com/Pamdpb2xOy
— Maronitas (@maronitas_es) June 27, 2025
Un Futuro de Fe y Desafíos
El renacimiento de la Iglesia católica en Irak, simbolizado por las 450 Primeras Comuniones, es un testimonio de resiliencia, pero los desafíos persisten. La corrupción, la falta de protección legal y la influencia de milicias dificultan la igualdad de derechos. La región kurda, aunque más tolerante, muestra un creciente conservadurismo islámico. El Comité de Reconstrucción de Nínive, formado por las iglesias caldea, siria católica y siria ortodoxa, trabaja para garantizar la presencia permanente de los cristianos mediante proyectos educativos y legales. La sociedad iraquí, con un 20% en pobreza extrema, observa con admiración la tenacidad de esta minoría, pero exige un entorno más seguro.
La Iglesia católica, con 17 diócesis y 318.000 fieles (1% de la población), sigue siendo un pilar de esperanza. Las Primeras Comuniones de Qaraqosh no solo celebran la fe, sino que desafían la narrativa de extinción del cristianismo en Irak. Mientras las tensiones en Oriente Medio persisten, la comunidad cristiana, con el apoyo de la comunidad internacional, se mantiene firme, demostrando que su fe es más fuerte que las cenizas de la persecución.
450 niños en Qaraqosh reciben la Eucaristía: ¿el renacer de la fe frente al terror del ISIS? ✝️