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domingo, agosto 3, 2025
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FBI Reabre Investigación sobre Cocaína en la Casa Blanca en 2023

El FBI ha reabierto una investigación sobre una bolsa de cocaína hallada en la Casa Blanca el 2 de julio de 2023, durante la presidencia de Joe Biden. El caso, cerrado inicialmente por el Servicio Secreto sin identificar al responsable, es uno de tres expedientes reexaminados por el FBI bajo la dirección de Kash Patel y el subdirector Dan Bongino, quienes buscan esclarecer posibles casos de “corrupción pública”. La sustancia, encontrada en un área de almacenamiento de teléfonos cerca del Ala Oeste, desató especulaciones políticas, con acusaciones de republicanos como Donald Trump señalando a Biden o su hijo Hunter. La reapertura, que incluye la filtración del caso Dobbs y el atentado con bombas de 2021, refleja una prioridad de la nueva Administración Trump, pero enfrenta críticas por su carga política en un contexto de polarización.

El Hallazgo y la Investigación Inicial

El 2 de julio de 2023, durante el fin de semana del 4 de julio, el Servicio Secreto descubrió una pequeña bolsa de cocaína en un cubículo de almacenamiento de teléfonos móviles para visitantes en la entrada del Ala Oeste, un área transitada por personal y turistas. La Casa Blanca fue evacuada brevemente por temor a un posible ataque químico, pero pruebas confirmaron que la sustancia era cocaína. Joe Biden y su familia estaban en Camp David, Delaware, y no regresaron hasta el 4 de julio, según la portavoz Karine Jean-Pierre. El Servicio Secreto investigó, revisando imágenes de vigilancia y registros de visitantes, pero cerró el caso el 13 de julio sin identificar al dueño, citando la ausencia de huellas dactilares o ADN recuperables.

El hallazgo generó una ola de especulaciones. Donald Trump, entonces candidato presidencial, insinuó en Truth Social que la droga pertenecía a Joe o Hunter Biden, quien ha reconocido públicamente su historial de adicción en su libro Beautiful Things (2021). Sin pruebas, Trump afirmó que era “inverosímil” que la cocaína fuera de alguien más, mientras republicanos como el senador Tom Cotton exigieron transparencia sobre el lugar exacto del hallazgo. Jean-Pierre insistió en que la zona era “muy transitada” y sugirió que podría pertenecer a un visitante, pero evitó detalles. La falta de resolución alimentó acusaciones de encubrimiento, especialmente por el estricto control de seguridad en la Casa Blanca, descrito por el exagente Dan Bongino como impenetrable para “no protegidos”.

La ubicación del hallazgo también fue controvertida. Inicialmente, se reportó en la biblioteca de la Casa Blanca, luego en el vestíbulo del Ala Oeste, y finalmente cerca de la Sala de Crisis, usada por Biden para reuniones de alto nivel, según NBC. Estas discrepancias avivaron las críticas sobre la transparencia de la investigación inicial, que no revisó protocolos de seguridad ni identificó fallos en los controles de acceso, según El Financiero.

La Reapertura del Caso: Motivos y Contexto

El 26 de mayo de 2025, Dan Bongino, subdirector del FBI, anunció en X la reapertura de tres casos de “interés público”: la cocaína en la Casa Blanca, la filtración del borrador del caso Dobbs v. Jackson (2022), que anuló el derecho federal al aborto, y las bombas caseras colocadas cerca de las sedes del Comité Nacional Demócrata y Republicano el 5 de enero de 2021. Bongino, exagente del Servicio Secreto y podcaster conservador, justificó la decisión como un esfuerzo por resolver “posibles instancias de corrupción pública”. Él y el director Kash Patel, nombrado por Trump, han solicitado informes semanales sobre los avances, según Voz.us.

La reapertura responde a presiones políticas. Bongino afirmó haber contactado con denunciantes que sospechaban que la cocaína podría pertenecer a alguien del “círculo íntimo” de Biden, aunque no presentó pruebas. La revista Soldier of Fortune citó fuentes anónimas en 2023 asegurando que la droga era de alguien “de la órbita” de Biden, pero no de Hunter, aunque el Servicio Secreto lo desmintió. Estas afirmaciones, amplificadas por medios conservadores, han mantenido viva la narrativa de corrupción en la Administración Biden, especialmente tras el regreso de Trump a la Casa Blanca en 2025.

El contexto político es clave. La Administración Trump ha adoptado una postura agresiva contra lo que percibe como excesos de la era Biden, incluyendo el cierre de clínicas de Planned Parenthood y la promoción de políticas provida. La reapertura de estos casos se interpreta como un intento de reforzar narrativas republicanas de “descontrol” demócrata, aunque la falta de nuevos detalles públicos sobre la investigación genera escepticismo. La implicación de figuras como Bongino, conocido por su retórica conservadora, y Patel, un leal a Trump, sugiere una investigación con tintes políticos, según El Diario Alerta.

Implicaciones y Reacciones

El caso de la cocaína, apodado “Cocainegate” en redes sociales, reaviva el debate sobre la seguridad en la Casa Blanca y la politización de las investigaciones federales. La sociedad estadounidense, profundamente polarizada, se divide entre quienes ven la reapertura como un paso hacia la transparencia y quienes la consideran una maniobra política. En X, usuarios como @eduardomenoni celebraron la decisión, prediciendo “muchos arrestos”, mientras @ClaroyDirecto_ expresó optimismo, pero urgió rapidez. Sin embargo, la ausencia de pruebas concretas y el historial de especulaciones sin fundamento, como las acusaciones contra Hunter Biden, generan dudas sobre los resultados.

Comparado con otros escándalos, el caso es menor, pero simbólico. En 2023, el hallazgo desató críticas republicanas, con figuras como Jim Banks afirmando que “nunca encontraron cocaína” bajo Trump, pese a no haber evidencia de esto. La prensa internacional, como La Nación, destacó el impacto mediático del caso, pero señaló la falta de avances en la investigación inicial. En contraste, países como España enfrentan debates sobre la justicia desproporcionada, como el encarcelamiento de un jubilado por un tuit, lo que resalta diferencias en la aplicación de la ley.

El FBI enfrenta el desafío de demostrar que la reapertura no es solo política. La investigación debe esclarecer cómo una sustancia ilegal ingresó a uno de los edificios más seguros del mundo, sin repetir las fallas del Servicio Secreto, que no revisó los protocolos de seguridad. La sociedad espera respuestas, pero la polarización sugiere que cualquier conclusión será controvertida. Mientras tanto, el caso refuerza la narrativa de una Casa Blanca bajo escrutinio, con implicaciones para la confianza en las instituciones en un año electoral.

La reapertura del caso de la cocaína es una apuesta arriesgada para el FBI. Resolverlo podría restaurar credibilidad, pero un fracaso alimentaría acusaciones de manipulación. En un país dividido, la verdad sobre una bolsa de droga en la Casa Blanca sigue siendo esquiva, pero su impacto político es innegable.

Cocaína en la Casa Blanca: el FBI busca respuestas, pero la política marca el ritmo 🔍.

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