Oculto entre los pinares del sur de Valladolid, el Sanatorio de Boecillo se alza como un testigo silencioso del sufrimiento humano. Construido en los años 40, este centro antituberculoso fue durante décadas un espacio de aislamiento, muerte y también de humanidad. Hoy, abandonado y cubierto de musgo y grafitis, sigue vivo en la memoria de quienes alguna vez cruzaron sus puertas.
En una época en que la tuberculosis era una sentencia casi segura, los sanatorios eran lugares de reclusión más que de curación. El de Boecillo se diseñó siguiendo las pautas del movimiento sanitarista, aire puro, luz solar y aislamiento del resto del mundo.

El abandono
Con el avance de los tratamientos y la erradicación progresiva de la enfermedad, el sanatorio cerró sus puertas en los años 80. El edificio fue tapiado, pero no destruido. Desde entonces ha sido objeto de exploraciones, rituales esotéricos y leyendas urbanas.
Los vecinos de la zona hablan de ruidos inexplicables, pasos en los pasillos, luces que se encienden solas. “Una vez entré con unos amigos por curiosidad”, cuenta Raúl, un joven de Valladolid. “Al llegar a la capilla oímos como si arrastraran algo pesado. Salimos corriendo.”
Los cazadores de lo paranormal han convertido el lugar en un punto caliente para sus investigaciones. Algunos dicen haber grabado psicofonías con frases como «No te vayas» o «Todavía estoy aquí». Pero más allá del misterio, hay algo real e innegable: la historia de cientos de personas que vivieron y murieron entre sus paredes.

He de decir que yo cuando estuve allí no noté nada raro, lo único diferente era el frío de algunas de las habitaciones sin ningún sentido aparente. Y en la parte del sótano, una sensación de querer salir rápido de allí. No sabría explicar el motivo, pero sé que hice una exploración rápida del lugar y salí. Sí que sentí un escalofrío en las habitaciones infantiles, pero no por nada paranormal, sino por imaginar lo que pudieron sentir los niños encerrados en esas paredes, a las cuales intentaron dar un toque infantil para que se sintieran más cómodos.


En una investigación realizada por el programa Cuarto Milenio, el equipo liderado por Iker Jiménez exploró el antiguo sanatorio. Durante la grabación, se captaron sucesos inexplicables, como un destello de luz detrás de la reportera Clara Tahoces y un grito que resonó en los pasillos mientras entrevistaban al escritor Jorge Vijuesca. Estas experiencias reforzaron la reputación del sanatorio como un enclave de misterio y actividad sobrenatural. El programa desaconseja adentrarse en el edificio debido a su estado de abandono y los riesgos asociados.
Hoy, el Sanatorio de Boecillo sigue en pie, desmoronándose poco a poco. No hay placas ni memoriales. Solo ruinas y ecos. Pero quienes recuerdan su historia saben que fue mucho más que un hospital, fue el último hogar de muchas personas silenciadas por una enfermedad y por el miedo de la sociedad.


Historias reales
El 15 de agosto de 2011, las instalaciones del antiguo sanatorio de Boecillo, entonces utilizadas como centro de acogida bajo el nombre «Nuevo Amanecer» y gestionadas por la ONG Mensajeros de la Paz, fueron escenario de una tragedia estremecedora. Tres menores con discapacidades, de 3, 9 y 14 años, fueron encontrados muertos en sus habitaciones. La responsable del turno de noche, una mujer uruguaya de 55 años, fue hallada con heridas autoinfligidas tras un intento de suicidio. En un primer momento, afirmó no recordar lo ocurrido y manifestó su intención de acabar con su vida. Sin embargo, más tarde confesó haber asfixiado a los niños mientras dormían, utilizando bolsas de plástico y papel film. Fue condenada a 45 años de prisión, 15 por cada uno de los crímenes.
Otro suceso ocurrió el 8 de septiembre de 2022, un joven de 18 años fue encontrado ahorcado en un árbol dentro del recinto. La Guardia Civil determinó que se trató de un suicidio.
Estos hechos han contribuido a la atmósfera de misterio que rodea al Sanatorio de Boecillo, alimentando leyendas urbanas y atrayendo a curiosos y exploradores urbanos. Yo misma caí en la tentación de ir a explorar el lugar.

Nos vemos en la próxima publicación!