El 21 de abril de 2025, a las 7:35 de la mañana, el mundo recibió una noticia que ha sacudido a millones: el Papa Francisco falleció a los 88 años en Roma, tras semanas de lucha contra una enfermedad respiratoria que incluyó una crisis pulmonar y neumonía. Este hecho, coincidiendo con el Lunes de Pascua, ha reavivado un antiguo mito que circula en círculos religiosos y conspirativos: el del “Papa Negro”. Una publicación en X de ese mismo día, a las 10:36 UTC, planteó la pregunta: “¿De dónde sale la idea del Papa Negro?”, acompañada de una ilustración que alude a las profecías de San Malaquías. La muerte de Francisco, el primer papa jesuita de la historia, ha dado un nuevo impulso a estas especulaciones, pero ¿hay algo de verdad en este enigma o es solo un mito alimentado por la imaginación? Vamos a desentrañar su origen y disipar los misticismos que lo rodean.
El término “Papa Negro” no es nuevo, y su asociación con el fin de los tiempos ha sido tema de debate durante siglos. La publicación en X aclara un punto clave: Nostradamus, el célebre profeta francés del siglo XVI, nunca habló explícitamente de un “Papa Negro”. Sus famosas Profecías (1555), conocidas por su estilo enigmático, han sido interpretadas de mil maneras, pero no contienen referencias directas a un pontífice con este título. Algunas teorías modernas han intentado vincular sus escritos con eventos apocalípticos, como la “destrucción de la Ciudad de las siete colinas” (a menudo interpretada como Roma), pero estas conexiones son especulativas. Un análisis de 2023 de la Universidad de París encontró que solo el 5% de las predicciones de Nostradamus tienen una correlación verificable con hechos históricos, lo que pone en duda su validez profética.
El verdadero origen del “Papa Negro” se encuentra en las profecías atribuidas a San Malaquías, un arzobispo irlandés del siglo XII. Según la tradición, Malaquías (1094-1148) escribió una lista de 113 lemas en latín que describen a los papas desde Celestino II (1143-1144) hasta un último pontífice, Petrus Romanus (Pedro el Romano), quien presidiría la Iglesia durante su destrucción final. Estas profecías, supuestamente entregadas al Papa Inocencio II en 1140, no se publicaron hasta 1595, lo que ha llevado a muchos historiadores a considerarlas un fraude del siglo XVI, posiblemente creado para influir en un cónclave papal. El jesuita Claude-François Menestrier, en 1689, argumentó que el texto era una fabricación, y estudios modernos respaldan esta teoría, señalando que los lemas son vagos y fácilmente adaptables a cualquier papa.
Nostradamus nunca habló de un “Papa negro”.
— ERdIA (@JosLuisTor64664) April 21, 2025
La confusión viene de las profecías de san Malaquías y lecturas simbólicas.
No es racista en origen, pero sí muy malinterpretado.
Todo es parte de una tradición apocalíptica sin confirmar. #Papa #Nostradamus pic.twitter.com/2qLIG0KXQq
Entonces, ¿de dónde surge el “Papa Negro”? El término no aparece en las profecías de Malaquías, pero ha sido asociado con Petrus Romanus por intérpretes modernos. Algunos lo han relacionado con un papa de origen africano, mientras que otros lo vinculan a los jesuitas, una orden religiosa conocida históricamente como los “papas negros” por el color de sus hábitos y su influencia en la Iglesia. Francisco, elegido en 2013 como el primer papa jesuita, ha sido señalado como un posible candidato para este rol profético, especialmente tras su muerte. Su escudo papal incluye las llaves de San Pedro, y su nombre, Francisco, ha sido interpretado por algunos como un guiño a “Pedro el Romano”. Publicaciones en X posteriores a su fallecimiento han avivado estas teorías, con usuarios mencionando que “el Papa jesuita podría ser el último” y citando a figuras como Sor Lucía de Fátima, quien habló de los “últimos tiempos”.
Sin embargo, estas conexiones son más simbólicas que históricas. El término “Papa Negro” tiene un origen práctico: desde el siglo XVI, los superiores generales de los jesuitas han sido apodados así por su autoridad y el color de su vestimenta. En 2023, Arturo Sosa, actual líder de los jesuitas, también fue mencionado en debates sobre este mito, pero no hay evidencia que lo relacione con profecías apocalípticas. La muerte de Francisco, aunque significativa, no encaja con un escenario de fin del mundo. Según datos de la Santa Sede, el Papa murió de causas naturales tras una enfermedad respiratoria agravada por su edad, un desenlace que no tiene nada de sobrenatural.
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— Jorge Molina Pelayo (@JMolinaPelayo) April 21, 2025
El contexto actual añade capas a esta narrativa. Francisco, quien lideró la Iglesia durante 12 años, fue una figura transformadora, conocida por su defensa del medio ambiente, su crítica al capitalismo desmedido y su oposición a la pena de muerte, que calificó como “intrínsecamente mala” en 2022. Su muerte, justo después de la Pascua, ha sido interpretada por algunos como un “signo”, especialmente porque Benedicto XVI, su predecesor, fue el papa número 111 en la lista de Malaquías, dejando a Francisco como el 112, el último antes de Petrus Romanus. Sin embargo, estas interpretaciones ignoran que las profecías de Malaquías son consideradas apócrifas por la mayoría de los expertos.
El “Papa Negro” también ha sido malentendido en términos raciales, pero su origen no tiene nada que ver con el racismo, como aclara la publicación en X. Más bien, es un símbolo de oscuridad o cambio radical, según los intérpretes apocalípticos. En las redes sociales, el debate ha sido intenso: algunos usuarios en X han relacionado la muerte de Francisco con eventos globales, como los conflictos en Ucrania o desastres climáticos, mientras que otros lo ven como una coincidencia histórica. Un comentario en X señaló: “Francisco murió el día que Malaquías predijo el fin, ¿casualidad?”, aunque esta afirmación no tiene base documental.
La realidad es que el mito del “Papa Negro” es más literario que profético. Las profecías, ya sean de Nostradamus o de Malaquías, apelan a un temor humano profundo: el fin de los tiempos. Pero la historia nos enseña que estas predicciones suelen ser reinterpretadas para encajar con eventos contemporáneos. La muerte de Francisco, un líder que marcó una era con su humildad y compromiso social, no necesita ser envuelta en misticismo para ser significativa. Fue un papa que enfrentó desafíos globales, desde la pandemia hasta las tensiones geopolíticas, y su legado perdurará sin necesidad de profecías.
Así, el “Papa Negro” queda como una curiosidad histórica, un eco de cómo el simbolismo puede transformar la realidad en leyenda. La próxima vez que escuches sobre este misterioso pontífice, recuerda: no hay fin del mundo a la vista, solo una historia que se niega a morir.
¿La muerte de Francisco y el Papa Negro predicen el apocalipsis? 🕊️🌩️ Desmontamos el mito para que duermas tranquilo