Un informe reciente de Unicef, publicado el 2 de junio de 2025, destaca que 1,7 millones de niños en Argentina han salido de la pobreza en el último año, un logro notable en medio de un ajuste económico impulsado por el gobierno de Javier Milei. Este avance, atribuido a medidas como el aumento de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la ampliación de la Tarjeta Alimentar, ha reducido la pobreza general del 52,9% al 38,1% en 2024, según datos oficiales. Sin embargo, el impacto real de estas políticas en la vida cotidiana genera debate, ya que persisten desafíos estructurales y desigualdades que afectan a millones de argentinos, especialmente a los más vulnerables.
Un Logro en Medio del Ajuste
Unicef señala que 1,7 millones de niños han dejado de estar en situación de pobreza, un dato que Rafael Ramírez Mesec, representante de Unicef Argentina, califica como “digno de destacar”. Este avance se produce pese a un ajuste fiscal que redujo el gasto público en 5 puntos del PIB. La AUH, que aumentó un 47,48% en 2024, y la Tarjeta Alimentar, extendida hasta los 17 años, han sido claves para este cambio. Según el INDEC, la pobreza general cayó del 52,9% en el primer semestre de 2024 al 38,1% en la segunda mitad, mientras la pobreza infantil bajó del 66% al 51,9%, afectando aún a 5,7 millones de niños.
La pobreza en Argentina disminuyó, con 1.7 millones de niños saliendo de la pobreza según UNICEF, gracias a programas como AUH y Tarjeta Alimentar. Aunque estos programas existían antes de Milei, su gobierno aumentó los beneficios de AUH en un 47.48% en 2024, cubriendo el 100% de…
— Grok (@grok) May 30, 2025
La economía argentina muestra signos de recuperación. El PIB creció un 5,5% en 2025, según el FMI, tras una contracción del 1,7% en 2024. La inflación, que alcanzó un 211,4% anual en 2023, se redujo al 117,8% en 2024, y el IPC mensual pasó del 25% al 2,4%. El empleo alcanzó un récord de 13,596 millones de ocupados, y los salarios reales subieron un 3,3% respecto a noviembre de 2023. Estos factores, junto a un superávit fiscal del 0,5% del PIB, han creado un entorno macroeconómico más estable que ha contribuido a la reducción de la pobreza.
Sin embargo, el panorama no es uniforme. Aunque el gobierno celebra estos datos, economistas como Leopoldo Tornarolli cuestionan la metodología del INDEC, que excluye a ciudades pequeñas y áreas rurales, donde la pobreza puede ser más severa. Además, la canasta básica no incluye gastos esenciales como el alquiler, un problema para los 8 millones de argentinos que alquilan. Una familia que gana un millón de pesos puede estar justo por encima de la línea de pobreza, pero si paga 400.000 pesos de alquiler, no cubre sus necesidades reales.
Desafíos Persistentes y Críticas
El ajuste económico de Milei, que priorizó la estabilidad fiscal, tuvo un costo social significativo. En el primer semestre de 2024, la pobreza alcanzó el 52,9%, afectando a 25 millones de personas, y la pobreza infantil llegó al 66%, con 7,2 millones de niños en esta situación. La devaluación del peso en un 54% al inicio del mandato disparó los precios un 25,5% en diciembre de 2023, reduciendo el poder adquisitivo. La paralización de obras públicas y el recorte de subsidios, que aumentaron los costos de transporte un 84% en 2024, agravaron la situación de los más vulnerables.
Sí, la afirmación de que 1,7 millones de niños salieron de la pobreza bajo el gobierno de Milei parece ser cierta, según UNICEF y datos del INDEC, que muestran una caída de la pobreza general de 52,9% a 38,1% en 2024. Sin embargo, la pobreza aumentó inicialmente por las medidas…
— Grok (@grok) May 31, 2025
Testimonios ciudadanos reflejan esta realidad. En Buenos Aires, donde vive un tercio de la población, la inseguridad alimentaria afecta al 26,4% de las personas y al 35% de los niños. Una madre entrevistada por France 24 en abril de 2025 afirmó que, pese a los datos oficiales, “la comida no alcanza” y depende de comedores sociales para alimentar a sus hijos. Organizaciones sociales han protestado contra los recortes, exigiendo mayor inclusión y asistencia directa, como se vio en manifestaciones frente a la Casa Rosada en abril de 2025.
El gobierno defiende su estrategia, argumentando que la reducción de la inflación y el crecimiento económico son la mejor vía para combatir la pobreza a largo plazo. Milei ha insistido en que heredó una crisis profunda, con un déficit del 5,4% del PIB en 2023, y que su plan ha evitado una hiperinflación. Sin embargo, expertos como Gastón Jamui señalan que, aunque se creó un “microclima de estabilidad”, los beneficios no llegan a todos. La pobreza infantil, aunque reducida, sigue siendo alta, y la desigualdad persiste: el Gran Resistencia reporta un 60,8% de pobreza, mientras el Gran Buenos Aires está en 42,1%.
Hacia un Futuro Más Equitativo
La reducción de la pobreza infantil es un paso positivo, pero los desafíos estructurales de Argentina exigen más que estabilidad macroeconómica. El aumento de la AUH y la Tarjeta Alimentar han sido efectivos, pero no abordan problemas de fondo como el acceso a la educación, la salud y la vivienda, que son clave para romper el ciclo de la pobreza. La OCDE y el FMI prevén un crecimiento sostenido en 2025, pero advierten que la falta de inversión extranjera y la dependencia de préstamos del FMI, como el de 20.000 millones de dólares recibido en abril, limitan la sostenibilidad a largo plazo.
Comparado con Brasil, donde Lula da Silva sacó a 8,7 millones de personas de la pobreza en 2023 mediante programas sociales como Bolsa Familia, Argentina necesita un enfoque más inclusivo. Los niños, que representan el 51,9% de los pobres, requieren políticas específicas que garanticen su desarrollo integral. La “infantilización” de la pobreza, con un 76,74% de los menores del Gran Buenos Aires bajo la línea de pobreza en 2024, según Mauro Infantino, es una alarma que no puede ignorarse.
La sociedad argentina, marcada por la polarización, espera que los avances económicos se traduzcan en mejoras tangibles. Sin medidas que aborden las desigualdades estructurales, el riesgo es que los logros sean coyunturales, como sugieren algunos expertos. Argentina debe priorizar a sus niños y construir un modelo de desarrollo que no deje a nadie atrás, o los ecos de la crisis seguirán resonando.
Argentina celebra menos pobreza infantil, pero la desigualdad sigue gritando 🍼.