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jueves, junio 19, 2025
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¿Por qué te crujen las rodillas al sentarte? Las vitaminas que podrían estar faltándote

El crujido en las rodillas al sentarse, levantarse o caminar es una molestia común que muchas personas experimentan, pero que no siempre se asocia con un problema grave. Según expertos en traumatología y nutrición, este sonido puede estar relacionado con factores como el desgaste natural de las articulaciones, la falta de lubricación en el cartílago o incluso deficiencias nutricionales. Aunque no siempre indica una enfermedad, ignorarlo podría derivar en problemas más serios si no se toman medidas preventivas.

El doctor Pedro Luis Ripoll, especialista en traumatología, explica que los crujidos suelen originarse por el roce entre las superficies articulares o por pequeñas burbujas de gas que colapsan dentro del líquido sinovial, el fluido que lubrica las articulaciones. Este fenómeno, conocido como cavitación, es generalmente inofensivo. Sin embargo, si el crujido viene acompañado de dolor, hinchazón o rigidez, podría ser señal de desgaste del cartílago, una condición más común en personas mayores o en quienes realizan actividades físicas intensas sin una preparación adecuada.

La nutrición desempeña un papel clave en la salud articular, y ciertas carencias pueden agravar estos problemas. Las vitaminas y minerales esenciales para las articulaciones incluyen la vitamina D, que facilita la absorción de calcio y fortalece los huesos; la vitamina C, necesaria para la producción de colágeno, un componente fundamental del cartílago; y la vitamina K, que contribuye a la mineralización ósea. Además, minerales como el magnesio y el zinc son importantes para mantener la densidad ósea y apoyar la reparación de tejidos.

Por ejemplo, una deficiencia de vitamina D, que se obtiene principalmente de la exposición solar y de alimentos como el salmón, los huevos y los lácteos fortificados, puede debilitar los huesos y aumentar el riesgo de desgaste articular. La vitamina C, presente en cítricos, fresas y pimientos, es crucial para regenerar el colágeno dañado, mientras que la vitamina K, abundante en espinacas, brócoli y col rizada, ayuda a prevenir la calcificación excesiva en las articulaciones. Si la dieta no aporta suficientes cantidades de estos nutrientes, los expertos recomiendan consultar a un médico para evaluar la necesidad de suplementos.

Además de la nutrición, otros factores influyen en los crujidos. El sobrepeso ejerce una presión adicional sobre las rodillas, acelerando el desgaste del cartílago, mientras que la falta de actividad física o ejercicios mal ejecutados pueden debilitar los músculos que estabilizan la articulación. Por ello, se aconseja mantener un peso saludable, realizar ejercicios de bajo impacto como natación o yoga para fortalecer los músculos de las piernas y mejorar la movilidad, y evitar movimientos repetitivos que sobrecarguen las rodillas.

Los especialistas también destacan la importancia de la hidratación, ya que el agua es esencial para mantener el líquido sinovial en niveles óptimos, reduciendo la fricción entre los cartílagos. Incorporar alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el pescado azul o las semillas de chía, puede tener un efecto antiinflamatorio que beneficie las articulaciones.

Aunque los crujidos ocasionales no suelen ser motivo de alarma, los expertos coinciden en que cualquier síntoma persistente o acompañado de molestias debe ser evaluado por un profesional. Una dieta equilibrada, un estilo de vida activo y una atención adecuada a las señales del cuerpo pueden marcar la diferencia para mantener las articulaciones saludables y prevenir complicaciones a largo plazo.

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