El 19 de junio de 2025, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, envió una carta al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, rechazando el aumento del gasto militar al 5% del PIB exigido por Donald Trump para 2032. Sánchez, plantándose en un 2,1%, argumentó que un incremento mayor era “irracional” y pondría en riesgo el estado del bienestar. Sin embargo, el domingo 22 de junio, en una rueda de prensa a las 18:00 sin periodistas, proclamó un supuesto éxito diplomático, asegurando que había negociado con la OTAN para limitar la contribución española al 2,1% sin comprometer servicios sociales. La carta de respuesta de Rutte, publicada por el propio Sánchez, desmiente esta narrativa: la OTAN otorga “flexibilidad” para alcanzar el 5%, con una revisión en 2029, pero no exime a España de este objetivo. La maniobra, marcada por la manipulación y el descaro, culminó con Sánchez burlándose de las críticas, como las de Alberto Núñez Feijóo, con frases como “Pide que te la traduzcan a ver si entiendes algo”. Este episodio, que expone la falta de transparencia y la mentira deliberada, agrava la crisis de credibilidad de un líder debilitado por escándalos y tensiones geopolíticas.
Una Carta que Desenmascara la Mentira
La carta de Sánchez a Rutte, enviada el 19 de junio, fue clara: España no aceptaría el 5% del PIB en gasto militar, equivalente a unos 80.000 millones de euros anuales, porque comprometería la sanidad, la educación y la transición ecológica. Propuso una “fórmula flexible” que hiciese el objetivo opcional o eximiese a España, argumentando que el 2,1% del PIB, unos 30.000 millones, bastaría para cumplir los compromisos de capacidades de la OTAN. Esta postura, respaldada por Italia, Canadá y Luxemburgo, buscaba evitar un compromiso vinculante en la cumbre de La Haya del 24 y 25 de junio, donde los 32 aliados debían acordar por consenso. Sánchez insistió en que España, con bases como Rota y 3.000 efectivos en misiones internacionales, ya contribuye significativamente.
La respuesta de Rutte, fechada el 20 de junio, fue publicada por Sánchez como prueba de su supuesto triunfo. Sin embargo, la carta revela una realidad distinta: “Entiendo que España cree que puede cumplir los Objetivos de Capacidad con un gasto menor al 5% del PIB. Puedo confirmar que el acuerdo de la cumbre dará flexibilidad para determinar su propia ruta soberana, con planes anuales que detallen los recursos en términos de porcentaje del PIB”. Rutte añade que el plan se revisará en 2029, pero no exime a España del 5% (3,5% en defensa estricta y 1,5% en ciberseguridad e infraestructuras). En X, usuarios han denunciado que Sánchez manipuló el contenido, presentando una flexibilidad táctica como una exención definitiva, mientras la OTAN deja claro que el objetivo es ineludible a largo plazo.
La rueda de prensa del 22 de junio, sin preguntas de periodistas, fue el colmo del descaro. Sánchez afirmó que había salvado el estado del bienestar y evitado recortes sociales, ignorando que la “flexibilidad” de Rutte no elimina la obligación del 5%. La Autoridad Fiscal (AIReF) advierte que cada 0,5 puntos adicionales en defensa requiere un ajuste fiscal de 1.800 millones, un desafío con una deuda pública al 103,5% del PIB. La maniobra de Sánchez, que presentó un acuerdo inexistente, no solo engañó a la sociedad, sino que expuso su estrategia de vender victorias ficticias para tapar su debilidad política.
Toma, Alberto.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) June 22, 2025
Que alguien te la traduzca. A ver si eso aclara tus dudas. pic.twitter.com/Dg5D9nrl2t
Manipulación y Burla a la Oposición
El episodio se agravó con la reacción de Sánchez a las críticas. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, acusó al presidente de “patear el problema hacia adelante” y comprometer a futuros gobiernos sin pasar por el Congreso. Sánchez, en lugar de responder con argumentos, optó por la burla: “Pide que te la traduzcan a ver si entiendes algo”, una frase que destila arrogancia y desprecio por quienes cuestionan su narrativa. En X, usuarios han calificado estas palabras como una muestra de “chulería” y “desfachatez”, señalando que Sánchez evade el debate mientras se ríe de la oposición y los ciudadanos que exigen claridad.
La manipulación no es nueva. Sánchez, que en abril de 2025 anunció un aumento de 10.500 millones para alcanzar el 2% del PIB en defensa, presentó entonces la medida como un impulso a la reindustrialización europea, omitiendo que incluía 5.000 millones en gastos no militares, como gestión de desastres, para calmar a Sumar. Ahora, con el 5%, repite la táctica: usa la carta de Rutte como trofeo, pero oculta que la “flexibilidad” es un plazo, no una exención. La coalición con Sumar, que amenaza con romperse si el gasto militar aumenta, y el escándalo de corrupción del caso Cerdán, con 620.000 euros en mordidas, complican su posición. La rueda de prensa sin prensa fue un intento de controlar el relato, pero la publicación de la carta lo desmontó, dejando al descubierto una mentira deliberada.
La sociedad española, con un 23% de hogares sin ahorros y un 16% dependiente de ayuda externa, percibe estas maniobras como una desconexión. En X, usuarios han criticado que Sánchez priorice su imagen internacional sobre las necesidades internas, mientras el 75% de los españoles, según encuestas, apoya un aumento militar moderado tras la reelección de Trump. La contradicción es evidente: Sánchez rechaza el 5% por el bienestar, pero su Gobierno no ha presentado un plan fiscal creíble para reducir la deuda o reforzar los servicios públicos.
— Jomaca (@Jomaca18) June 22, 2025
Un Pulso con Trump que Oculta Debilidad
El rechazo al 5% posicionó a Sánchez como líder de los países reticentes, pero la carta de Rutte demuestra que no logró una exención real. Trump, cuya Casa Blanca insiste en que “todos los aliados deben pagar su parte”, ha amenazado con reducir el compromiso de EE.UU. en la OTAN, incluyendo bases como Rota, si los países no cumplen. La portavoz Karoline Leavitt, el 19 de junio, subrayó que los contribuyentes estadounidenses, que cubren el 70% del presupuesto aliado, exigen equidad. Sánchez, confiando en el principio de consenso de la OTAN, cree que no habrá represalias, pero su desafío arriesga tensiones comerciales o diplomáticas, especialmente con aranceles del 54% ya impuestos por Washington.
La cumbre de La Haya, que buscaba mostrar unidad, se ve empañada por esta controversia. Países como Polonia y los bálticos, que apoyan el 5%, contrastan con la postura española, que Rutte intentó salvar con una declaración ambigua. Sin embargo, la revisión de 2029, mencionada en la carta, sugiere que la presión persistirá. Sánchez, debilitado por el caso Cerdán y la falta de mayoría parlamentaria, usa la OTAN para proyectar fortaleza, pero su mentira sobre el 2,1% lo expone como un líder que manipula para sobrevivir políticamente. En X, usuarios han ironizado: “Sánchez negocia con la OTAN como con sus socios: promete todo y no cumple nada”.
La estrategia de Sánchez también ignora el contexto estratégico. La OTAN exige un aumento del 30% en capacidades ante la amenaza rusa, pero España, con un gasto militar del 1,28% del PIB en 2024, está lejos de ser un aliado modelo. Su propuesta de incluir ciberseguridad en el gasto, rechazada en marzo de 2025, y la insistencia en el 2,1% reflejan una visión cortoplacista que choca con la realidad geopolítica. La dependencia de EE.UU., que vende el 60% del armamento aliado, limita la autonomía que Sánchez reclama.
Un Liderazgo en Crisis que Necesita Verdad
El episodio del 5% es un reflejo de la gestión de Sánchez: manipulación, descaro y burla frente a la crítica. La rueda de prensa sin periodistas, la publicación de una carta que lo desmiente, y la chulería hacia Feijóo son síntomas de un liderazgo que prioriza la imagen sobre la sustancia. España, con una deuda proyectada al 181% del PIB en 2070, no puede permitirse un gasto militar de 80.000 millones sin recortes sociales, pero tampoco un líder que mienta sobre acuerdos internacionales para ganar tiempo. La “flexibilidad” de Rutte no es una victoria, sino un plazo que compromete a futuros gobiernos.
La sociedad española merece transparencia. Sánchez debe explicar por qué presentó un acuerdo inexistente y cómo planea equilibrar las demandas de la OTAN con las necesidades internas. La cumbre de La Haya, lejos de ser un triunfo, deja a España en una posición vulnerable, con un presidente que manipula la verdad para tapar su debilidad. La burla a Feijóo y la negación de la carta de Rutte no engañan a una ciudadanía que exige responsabilidad, no espectáculo. España necesita un liderazgo que negocie con hechos, no con mentiras, para enfrentar los retos de un mundo en tensión.
Sánchez miente sobre la OTAN: el 5% no se evita, solo se aplaza 🤥