Las Fuerzas de Seguridad de España registraron un alarmante aumento de los robos de cableado de cobre y otros materiales conductores en 2024, con un total de 4.433 casos, lo que representa un incremento del 87% en comparación con los 2.367 incidentes reportados en 2019. Este crecimiento exponencial, que ha afectado tanto a infraestructuras críticas como a servicios esenciales, ha puesto en jaque la seguridad y la economía del país, con un impacto especialmente grave en el sector ferroviario, donde un reciente robo dejó a más de 10.000 pasajeros del AVE varados. La Guardia Civil ha intensificado sus investigaciones, mientras el Gobierno busca culpables antes de admitir que esto se está convirtiendo en un problema estructural.
El robo de cobre, un material altamente valorado en el mercado negro por su uso en la industria y su precio, que alcanzó los 9.500 euros por tonelada en 2024 según el London Metal Exchange, ha generado pérdidas millonarias y graves trastornos. Las comunidades autónomas más afectadas fueron Castilla y León, con 428 casos, seguida de Aragón (298), Asturias (272), la Comunitat Valenciana (271) y Galicia (259). Cataluña, por su parte, concentró el 42% de los robos en infraestructuras ferroviarias a nivel nacional, con 151 incidentes en 2023, más del doble que los 70 registrados en 2022, según datos oficiales. Estos delitos no solo afectan al suministro eléctrico, sino también a sistemas críticos como la señalización de trenes, poniendo en riesgo la seguridad de los pasajeros.
La noche del 4 de mayo de 2025 marcó el inicio de un grave incidente que se prolongó hasta el 5 de mayo, cuando un robo de cableado de cobre en la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla paralizó el servicio del AVE, afectando a más de 10.000 pasajeros. El suceso, que tuvo lugar en varios puntos de la provincia de Toledo, provocó retrasos de hasta ocho horas en más de 30 trenes, dejando a miles de viajeros varados en la estación de Atocha y otras terminales. Renfe pidió a los usuarios no acudir a Atocha hasta las 8:00 del 5 de mayo para evitar aglomeraciones, mientras Adif trabajaba en la reposición del servicio. La Guardia Civil, bajo instrucciones del Juzgado de Instrucción competente, abrió una investigación que llevó a la detención de tres personas de origen rumano, presuntos miembros de una banda organizada dedicada al robo de metales. Este episodio, que el ministro de Transportes, Óscar Puente, calificó de “sabotaje grave”, ha reavivado las críticas hacia las autoridades por la falta de medidas preventivas efectivas, mientras los usuarios expresaban su frustración en redes sociales con hashtags como #CobreRobado y #AVEParado.
El aumento de estos delitos está vinculado a varios factores. Por un lado, el precio del cobre ha experimentado un alza constante, impulsada por la demanda global para la transición energética, que requiere este material para baterías, paneles solares y turbinas eólicas. En 2024, la demanda mundial de cobre creció un 3,2%, según la International Copper Study Group, lo que ha incentivado su robo. Por otro lado, la falta de medidas disuasorias efectivas y la sofisticación de las bandas organizadas han agravado el problema. En 2022, la Guardia Civil desarticuló una red que sustrajo más de 28.800 kilos de cable en Utiel (Valencia), en una operación que incluyó agresiones a vigilantes de seguridad, evidenciando la profesionalización de estos grupos delictivos.
El impacto económico de los robos de cobre es significativo. Según estimaciones del sector ferroviario, cada incidente puede costar entre 50.000 y 200.000 euros en reparaciones y retrasos, sin contar las pérdidas indirectas para los usuarios y las empresas. En Cataluña, donde los robos en infraestructuras ferroviarias se duplicaron en un año, la afectación a Rodalies ha sido especialmente severa, contribuyendo a la percepción de inseguridad y deterioro del servicio. A nivel nacional, el Ministerio del Interior ha reconocido que los 4.433 casos de 2024 representan un desafío sin precedentes, que requiere una respuesta coordinada entre las Fuerzas de Seguridad, las empresas afectadas y las administraciones.
Esto tiene toda la pinta de no ser un robo de cobre “corriente”, esto tiene todo el aspecto de ser un SABOTAJE en toda regla, contra el AVE, pero dirigido, más probablemente, contra el Gobierno y especialmente contra el ministro @oscar_puente_ pic.twitter.com/rz7rGaGizj
— Rita Ortega🌹 (@Ritaalberdi) May 5, 2025
Comparado con otros países, España no es un caso aislado. En Francia, los robos de cobre en 2023 generaron pérdidas de 150 millones de euros, principalmente en el sector ferroviario, según la SNCF. En Reino Unido, British Telecom reportó 1.200 incidentes de robo de cables en 2023, afectando a las telecomunicaciones. Sin embargo, la situación en España destaca por su magnitud y su impacto en infraestructuras críticas, lo que ha llevado a propuestas como el aumento de penas por este tipo de delitos y la instalación de sistemas de vigilancia avanzados, como los que ya se utilizan en Alemania, donde las cámaras con inteligencia artificial han reducido los robos en un 25% desde 2022.
Todavía no se sabe nada de lo 15 GW, pero el cobre se lo ha llevado la ultraderecha
El Ministerio del Interior, liderado por Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado que está trabajando en un plan integral para combatir esta delincuencia, que incluye mayor coordinación con las comunidades autónomas y la implementación de tecnologías de rastreo para identificar el origen del cobre robado. Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar. Sectores de la oposición, como el Partido Popular, han acusado al Gobierno de inacción, mientras que usuarios en redes sociales han expresado su frustración con comentarios como “Nos roban el cobre y el tren, pero el Gobierno mira para otro lado”.
La escalada de robos de cobre en 2024 ha puesto de manifiesto la necesidad de medidas urgentes para proteger las infraestructuras críticas y garantizar la seguridad de los ciudadanos. Mientras las Fuerzas de Seguridad intensifican sus esfuerzos, España enfrenta el desafío de frenar una delincuencia que no solo afecta su economía, sino también su conectividad y calidad de vida.
¡España, el paraíso del cobre robado: 4.433 casos en 2024 y el AVE parado mientras los ladrones se frotan las manos!