El histórico apagón del 28 de abril de 2025, que sumió a España y Portugal en la oscuridad durante horas, ha sacado a la luz una paradoja inquietante: apenas unas horas antes del colapso, Red Eléctrica (ahora Redeia) presumía de un récord en la producción de energía solar, que alcanzó el 54,8% de la generación eléctrica total ese día. Este dato, presentado como un hito en la transición energética del país, contrastó dramáticamente con el fallo masivo que dejó sin suministro a millones de hogares, comercios y servicios esenciales, evidenciando las fragilidades del sistema eléctrico español en un momento de alta dependencia de las energías renovables. El incidente ha desatado un debate sobre si la apuesta por las renovables, sin las infraestructuras adecuadas, pudo haber contribuido al colapso, mientras el Gobierno y Redeia intentan desviar las críticas hacia factores externos.
El lunes 28 de abril, a las 10:00 horas, Red Eléctrica celebró que la energía solar había alcanzado un máximo histórico, cubriendo el 54,8% de la demanda eléctrica nacional, seguida por un 10% de energía eólica, 10% nuclear y otro 10% hidroeléctrica, según datos oficiales. Este logro situaba a España como líder en la integración de renovables en Europa, un año en el que el país generó el 56,8% de su electricidad a partir de fuentes limpias, según el informe anual de Redeia de 2024. Sin embargo, a las 12:32 de ese mismo día, una “oscilación muy fuerte de los flujos de potencia” desconectó a España y Portugal del sistema eléctrico europeo, provocando un apagón masivo que dejó sin luz a casi toda la península ibérica. La coincidencia entre el récord solar y el colapso ha generado sospechas sobre la estabilidad de la red ante una generación renovable tan elevada.

El impacto del apagón fue devastador. En Madrid, el Metro quedó paralizado, dejando a miles de pasajeros atrapados, mientras que en Cataluña, el servicio de Rodalies no se restableció hasta el miércoles 30 de abril. Aeropuertos, escuelas y hospitales recurrieron a generadores de emergencia, y en Andalucía, aunque el suministro se recuperó en un 99,19% para el martes, los comercios sufrieron pérdidas millonarias. Las estimaciones iniciales apuntan a un impacto económico de entre 2.000 y 4.500 millones de euros en el PIB, según un análisis preliminar. El Consejo de Seguridad Nuclear confirmó que las centrales nucleares activaron sus planes de emergencia, pero lograron recuperar la alimentación eléctrica en menos de 24 horas, evitando un escenario aún más grave.
La presidenta de Redeia, Beatriz Corredor, afirmó el 29 de abril que la compañía conocía las causas del apagón, pero aún analizaba una gran cantidad de datos para emitir un informe definitivo. Sin embargo, la falta de transparencia ha alimentado las críticas. El Gobierno, liderado por Pedro Sánchez, ha insistido en que no se puede culpar a las renovables, argumentando que el sistema eléctrico español es “seguro” y que la alta penetración de solar y eólica no fue el desencadenante del colapso. La ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, defendió esta postura, señalando que las renovables formaban parte de un “mix seguro” y que atribuirles la responsabilidad era “incorrecto”. No obstante, expertos han cuestionado esta narrativa, recordando que Redeia ya había advertido en su informe de 2020 sobre los riesgos de un sistema eléctrico con alta dependencia de renovables sin las capacidades técnicas necesarias para gestionar perturbaciones.
El apagón ha reavivado el debate sobre la transición energética en España. En 2024, el país exportó un 5% de su electricidad a Francia y Portugal, consolidándose como un actor clave en el mercado europeo, pero su interconexión con Europa sigue siendo limitada, con solo un 2,8% de capacidad con Francia, frente al objetivo de la UE del 15% para 2030. Comparado con Alemania, que cuenta con un 10% de interconexión y sistemas de almacenamiento más avanzados, España está rezagada en la modernización de su infraestructura eléctrica. Además, la falta de almacenamiento a gran escala, como baterías, dificulta la gestión de picos y caídas en la generación renovable, un problema que se ha agravado con el cierre progresivo de centrales nucleares, que aportaban un 20% de la electricidad en 2024, según datos oficiales.
📢21 de abril: Nuevo récord de producción fotovoltaica.
— Red Eléctrica (@RedElectricaREE) April 21, 2025
🌞A las 13.35 horas la potencia instantánea ha llegado a 20.120 MW en el sistema peninsular.
✅Es un 0,7% más que el anterior máximo histórico, que se registró el 12 de julio de 2024.
🥇A esa hora, esta #renovable ha… pic.twitter.com/4mFwFrQEkW
El incidente también ha sido comparado con eventos internacionales. En 2006, Alemania sufrió un apagón masivo que afectó a 15 millones de personas, pero su red diversificada permitió una recuperación más rápida que en España. En Brasil, un apagón en 2009 dejó sin luz a 60 millones de personas durante cinco horas debido a un fallo en una presa hidroeléctrica, un recordatorio de la vulnerabilidad de los sistemas eléctricos ante eventos extremos. En el caso español, la rápida respuesta de los técnicos evitó un colapso aún mayor, pero la dependencia de las renovables, que representaron el 80% de la generación el día del apagón, ha generado dudas sobre la estabilidad del sistema.
Las críticas al Gobierno no se han hecho esperar. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, acusó al Ejecutivo de priorizar la transición verde sobre la seguridad energética, mientras que sectores de la oposición han señalado que el cierre de centrales nucleares y la falta de inversión en almacenamiento han dejado a España expuesta. En las redes sociales, usuarios han ironizado sobre la situación, con comentarios como “Presumimos de solar y acabamos a oscuras”. Mientras tanto, Redeia enfrenta la presión de explicar cómo un sistema que celebraba un récord de producción colapsó horas después, dejando al país sumido en el caos.
El apagón de 2025 ha expuesto las contradicciones de una transición energética que, aunque ambiciosa, carece de las infraestructuras necesarias para garantizar la estabilidad. Mientras España aspira a liderar la revolución verde en Europa, este incidente plantea preguntas urgentes sobre la preparación del sistema eléctrico para soportar su propia transformación.
¡De récord solar a apagón total, Red Eléctrica presume de renovables y España se queda en penumbra!