El 11 de junio de 2025, la Dirección General de la Policía otorgó protección especial a Leire Díez, exmilitante del PSOE, tras su denuncia contra Víctor de Aldama por amenazas e intimidación durante una rueda de prensa el 4 de junio en Madrid. Esta medida, que incluye escoltas de la Unidad Central de Protección (UCP) para eventos públicos, ha desatado un profundo malestar entre los agentes, quienes consideran “insólita” la decisión, ya que rara vez se concede seguridad a civiles sin un riesgo extremo. La polémica, alimentada por el papel de Díez como “fontanera” del PSOE en operaciones contra la UCO, revela una percepción de privilegio político en un contexto de tensión entre el Gobierno y las fuerzas de seguridad. Mientras Díez, señalada por manipular el voto por correo y buscar información comprometedora, recibe escoltas, la sociedad y los policías cuestionan si esta protección responde a su seguridad o a intereses partidistas.
Un Caso Excepcional: Protección Policial a una Civil
El 4 de junio, Leire Díez, tras anunciar su baja temporal del PSOE, convocó una rueda de prensa en el Hotel Novotel de Madrid para defenderse de acusaciones relacionadas con audios que la vinculan a una operación contra la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Al concluir, Víctor de Aldama, implicado en la trama Koldo, irrumpió profiriendo insultos como “fontanera, sinvergüenza” y amenazas como “os vais a arrepentir”, según la denuncia presentada por Díez en la comisaría de San Blas. La exmilitante también reportó un centenar de amenazas de muerte recibidas en su móvil tras filtrarse su número en directo, un error que ella misma cometió al dictarlo frente a micrófonos abiertos.
En respuesta, la Policía Nacional, tras evaluar la solicitud de orden de protección, asignó a Díez un equipo de escoltas de la UCP, dependiente de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, para eventos públicos o multitudinarios. Esta medida, que según fuentes policiales es “normal” en casos de amenazas graves, ha generado indignación entre los agentes. En X, usuarios como @criadosan y @stgcartago citan a policías que rechazan “escoltar a fontaneros”, destacando que incluso jueces o fiscales en casos de alto riesgo, como los relacionados con ETA, rara vez reciben este nivel de protección. El malestar crece por la percepción de que Díez, sin cargo oficial ni amenaza comparable, recibe un trato privilegiado.
La UCP, con recursos limitados, suele reservar escoltas para altas personalidades o casos excepcionales, como víctimas de violencia de género con riesgo extremo. La protección a Díez, una figura controvertida por su implicación en escándalos del PSOE, ha llevado a sindicatos policiales como la UFP a denunciar un “ataque a la democracia” y exigir explicaciones al Ministerio del Interior, liderado por Fernando Grande-Marlaska. La decisión, aprobada tras consultas con la Secretaría de Estado de Interior, Aina Calvo, refuerza la sospecha de favoritismo político, especialmente tras el historial de tensiones entre el Gobierno y la Guardia Civil por investigaciones como el caso Koldo.
Leire Díez: De Fontanera del PSOE a «Testigo Protegido»
Leire Díez, periodista y exconcejala en Vega de Pas (Cantabria), se convirtió en una figura mediática en mayo de 2025 tras la filtración de audios que la muestran buscando información comprometedora contra mandos de la UCO, como Antonio Balas, y fiscales, presuntamente para proteger a Pedro Sánchez y su entorno. Vinculada a Santos Cerdán y José Luis Ábalos, Díez ocupó cargos en empresas públicas como Enusa y Correos, donde gestionó el voto por correo en las elecciones andaluzas de 2022 y, según El Confidencial, las generales de 2023, marcadas por irregularidades que Vox y el PP investigan. Dos emails revelan que Díez autorizó medidas excepcionales para el voto de militares y expatriados, contradiciendo a Correos, que niega su responsabilidad.
Su papel como “fontanera” incluyó reuniones con Koldo García y empresarios como Alejandro Hamlyn para obtener datos sensibles, como los discos duros de Ábalos, que contienen mensajes entre Koldo y Cerdán. En un encuentro con Koldo, este la expulsó con un “iros a la mierda”, afirmando “de Ábalos lo sé todo”. Díez también es patrona de la Fundación Internacional de Derechos Humanos, criticada por su opacidad, y habría recopilado información sobre irregularidades policiales durante seis años, según La Razón. Estas actividades, que ella defiende como “investigación periodística”, han generado denuncias de Vox, PP y asociaciones de guardias civiles por cohecho, tráfico de influencias y obstrucción a la justicia.
La protección otorgada a Díez, tras borrar sus redes sociales para ocultar su rastro, intensifica el rechazo policial. El general retirado Pedro Garrido Roca, exjefe de la UCO, calificó su modus operandi como “insólito”, denunciando ataques injustificados contra la unidad.
Un Sistema bajo Escrutinio: ¿Privilegio o Seguridad?
El caso de Leire Díez expone las tensiones entre el Gobierno y las fuerzas de seguridad, agravadas por escándalos como el de la Comisaría de Arganzuela, donde agentes fueron detenidos por una supuesta detención ilegal, generando miedo a represalias. La protección a Díez, que contrasta con la falta de recursos para otros civiles en riesgo, plantea preguntas sobre la imparcialidad del Ministerio del Interior. Mientras Díez recibe escoltas, víctimas de violencia doméstica o testigos en casos de crimen organizado a menudo carecen de protección adecuada, según la UFP.
La sociedad, impactada por la cobertura mediática, exige transparencia. En X, @Mamipunky critica que “todo el mundo vio lo que pasó” y cuestiona la narrativa de víctima de Díez, mientras la prensa, como El Mundo, destaca su cercanía a Sánchez y Begoña Gómez. El caso, que combina amenazas reales con maniobras políticas, pone a prueba la confianza en las instituciones. Si la protección a Díez es un privilegio político, el daño a la credibilidad policial será profundo. Si es justificada, el Gobierno debe aclarar por qué una civil recibe un trato que los agentes consideran reservado para “altas personalidades”.
Díez con escoltas, policías indignados: ¿seguridad o favoritismo? 👮♂️
