Badajoz, 26 de abril de 2025 – Una sombra de duda se cierne sobre la Diputación de Badajoz tras las revelaciones de Cristina de Frutos, una aspirante al puesto de coordinador de conservatorios que fue otorgado en 2017 a David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En su declaración ante la jueza Beatriz Biedma, De Frutos denunció que el proceso de selección estuvo viciado, afirmando que los candidatos no compitieron en igualdad de condiciones y que el puesto parecía predestinado para Sánchez desde el principio.
El caso, que ha generado un torbellino de controversia, se centra en la contratación de David Sánchez como coordinador de conservatorios, un cargo de alta dirección creado en 2017. De Frutos, una de los once aspirantes, relató que su entrevista fue una mera formalidad. Mientras que a otros candidatos, incluido Sánchez, se les hicieron preguntas detalladas, a ella no le formularon ninguna, lo que la llevó a sentirse en desventaja. “Nos ha usurpado la plaza a todos”, afirmó ante la magistrada, según fuentes judiciales. El testigo también reveló un comentario desalentador que escuchó ese día: un conocido le advirtió que el puesto ya estaba reservado para “el hermano de Pedro Sánchez”.
La investigación, iniciada tras una denuncia de Manos Limpias, apunta a posibles delitos de tráfico de influencias, prevaricación, malversación y fraude fiscal. La juez Biedma ha intensificado su escrutinio tras analizar 329 correos entre Sánchez y Luis Carrero, un exasesor de Moncloa que lo llamó “hermanito” y que, según la Guardia Civil, gestionó proyectos para Sánchez mientras aún trabajaba en la Presidencia del Gobierno. Estos correos sugieren que el puesto pudo haber sido diseñado a medida, una sospecha reforzada por el hecho de que Sánchez buscó alquilar un apartamento en Badajoz antes de que se publicara la convocatoria, como si supiera que el cargo sería suyo.

La opacidad del proceso ha alimentado las críticas. De Frutos explicó que las valoraciones de los candidatos no fueron transparentes; solo supo de ellas por la prensa, y al descubrir que Sánchez había sido elogiado por sus respuestas, sintió que no hubo equidad. Aunque envió un correo a la Fiscalía en febrero de 2025 denunciando estas irregularidades, no ha recibido respuesta. Preguntada por qué no denunciado antes, respondió con resignación: “Cualquiera se puede presentar. Sea quien sea”.
El caso también pone en tela de juicio el desempeño de Sánchez. Directores de conservatorios han declarado que desconocen las funciones de la Oficina de Artes Escénicas, que Sánchez dirige desde 2022, y un testigo afirmó no haber tenido contacto laboral con él desde antes del confinamiento de 2020. Además, la transformación de su puesto en 2022, sin concurso público, es vista por la juez como un posible ascenso encubierto para evitar un nuevo proceso de selección.
La Diputación de Badajoz, presidida por el socialista Miguel Ángel Gallardo, también imputado, defiende la legalidad del proceso, pero las evidencias acumuladas –como correos que hablan de “el hermanísimo” dos meses antes de la adjudicación– han avivado las sospechas de favoritismo. La renuncia de Sánchez a su cargo en febrero de 2025 no ha detenido la investigación, que ahora depende de la Audiencia Provincial de Badajoz tras un recurso que podría apartar a la juez Biedma.
Este escándalo, que mezcla poder, familia y presuntas irregularidades, mantiene a la opinión pública en vilo. ¿Fue David Sánchez beneficiado por su apellido? La justicia tiene la última palabra, pero las sombras de la duda persisten en Badajoz.