El 13 de abril de 2025, Ecuador vivió una jornada electoral que culminó con la proclamación de Daniel Noboa como presidente reelecto para el período 2025-2029, según los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE). Con más del 90% de los votos escrutados, Noboa, candidato del movimiento Acción Democrática Nacional (ADN), obtuvo un 55,92% de los sufragios, superando ampliamente a su rival, Luisa González, de la Revolución Ciudadana, quien alcanzó el 44,08%. Sin embargo, la victoria no estuvo exenta de controversia: González rechazó los resultados, denunció un supuesto fraude electoral y anunció que exigirá un recuento de votos, desatando un clima de tensión política en el país.
Desde su residencia en Olón, al que desde aquí le vamos a llamar el «BUKELE ECUATORIANO» y esta vez sí de derechas y que desde la provincia costera de Santa Elena, Noboa celebró lo que calificó como una “victoria histórica” con más de un millón de votos de diferencia. Acompañado por su esposa, la influencer Lavinia Valbonesi, y su madre, Annabella Azín —recién electa como asambleísta y posible presidenta de la Asamblea Nacional—, el mandatario destacó el respaldo popular como un mandato para consolidar su proyecto. “Ecuador ha elegido un camino diferente, uno que garantice una vida más justa y digna para las futuras generaciones”, afirmó, subrayando su compromiso con la seguridad, la economía digital y las reformas estructurales en educación y salud. Noboa, de 37 años e hijo del magnate Álvaro Noboa, asumirá el cargo el 24 de mayo de 2025, tras haber gobernado desde noviembre de 2023, cuando completó el mandato de Guillermo Lasso tras la disolución de la Asamblea Nacional.
Por su parte, González, respaldada por el expresidente Rafael Correa, pronunció un discurso encendido desde Quito, donde cuestionó la legitimidad del proceso. “Denuncio ante el pueblo y el mundo que Ecuador está viviendo una dictadura y el fraude más grotesco de su historia”, declaró, sin presentar pruebas concretas hasta el momento. La candidata correísta argumentó que las encuestas previas le daban ventaja y que los resultados oficiales eran “imposibles”. Sus simpatizantes, reunidos en las calles, corearon consignas contra Noboa y exigieron la apertura de las urnas. González también criticó que el presidente no solicitara licencia durante la campaña, acusándolo de abusar del poder y manipular al CNE.
— Luisa González (@LuisaGonzalezEc) April 14, 2025
La jornada electoral, que registró una participación del 83,76% de los 13,7 millones de ecuatorianos habilitados, se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad. Noboa había decretado un estado de excepción en siete provincias y Quito, además de cerrar las fronteras terrestres desde el viernes previo, desplegando 100.000 efectivos, entre 60.000 policías y 40.000 militares. A pesar de ello, la presidenta del CNE, Diana Atamaint, calificó el proceso como pacífico y transparente, destacando el “correcto funcionamiento” del sistema de difusión de resultados. Observadores internacionales, como la misión de la Unión Europea liderada por Gabriel Mato y la Organización de Estados Americanos (OEA), respaldaron esta evaluación, afirmando que no hallaron indicios de irregularidades significativas.
SEGURIDAD Y CRISIS ECONÓMICA
El contexto de estas elecciones estuvo marcado por la polarización y la crisis de seguridad que azota a Ecuador, convertido en uno de los países más violentos de América Latina. Desde que Noboa asumió el poder, su “Plan Fénix” permitió intervenir cárceles y calles con las Fuerzas Armadas, reduciendo los homicidios diarios de 22 en 2023 a 19 en 2024, según datos oficiales. Sin embargo, el repunte de la violencia a inicios de 2025, con 1.529 muertes violentas entre enero y febrero, alimentó críticas sobre la efectividad de sus políticas. Casos como el de los “4 de Guayaquil”, cuatro menores asesinados tras ser detenidos por militares, generaron denuncias de abusos de derechos humanos que empañaron su gestión.
En el plano económico, Noboa prometió crear zonas francas tecnológicas para atraer inversión y fomentar el empleo joven, además de simplificar trámites para emprendedores. Su partido, ADN, logró una representación significativa en la Asamblea, lo que podría facilitar sus reformas, especialmente si Annabella Azín asume la presidencia del legislativo. En política exterior, reafirmó su alianza con Estados Unidos y su rechazo al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, marcando distancia con el correísmo, al que se asocia con posturas pro-Maduro.
ACUSACIONES DE FRAUDE
Las acusaciones de fraude no son nuevas en Ecuador. En la primera vuelta del 9 de febrero, Noboa venció a González por apenas 17.000 votos, y ya entonces se reportaron supuestas irregularidades que no prosperaron tras revisiones de la OEA y la UE. Según analistas citados por BBC Mundo, la amplia ventaja de Noboa en esta segunda vuelta, que superó las expectativas de encuestas que preveían un empate técnico, podría dificultar que las denuncias de González encuentren eco legal. No obstante, la polarización persiste: el correísmo, que gobernó entre 2007 y 2017 bajo Correa, ha perdido tres elecciones consecutivas desde 2021, lo que refuerza la narrativa de persecución política entre sus seguidores.
Todos saben que estos resultados son imposibles. Sacamos el mismo 44% de la primera vuelta.
— Rafael Correa (@MashiRafael) April 14, 2025
Estos mafiosos hubiesen podido disimular un poquito más.#NosGobiernanDelincuentes pic.twitter.com/jtxsaA8Ul4
La derrota de González también refleja las dificultades del correísmo para captar nuevos votantes. Su alianza con el movimiento indígena Pachakutik no logró movilizar al 5% del electorado indígena que apoyó a Leonidas Iza en la primera vuelta, según reportes de El País. Además, las críticas de Correa a la dolarización y su respaldo a Maduro durante la campaña pudieron alejar a sectores clave, como los 500.000 venezolanos residentes en Ecuador. Mientras Noboa capitalizó el miedo a un retorno del correísmo, González no logró transformar el descontento por los cortes de energía y la inseguridad en un “voto castigo” contra el oficialismo.
GOLPE ELECTORAL EN ECUADOR! pic.twitter.com/sod5LG2vFw
— IGNACIO RAMONET (@IRamonet) April 14, 2025
Con su reelección, Noboa enfrenta el reto de consolidar un país fracturado. Su promesa de convocar una Asamblea Constituyente para blindar jurídicamente el estado de excepción y reformar la justicia genera expectativas, pero también riesgos en un contexto de desconfianza institucional. Mientras tanto, la oposición, liderada por un correísmo debilitado pero combativo, promete mantener la presión en las calles y los tribunales
¿Victoria apabullante o fraude descarado? Ecuador elige a Noboa, pero el drama de González sigue dando de qué hablar. 😲 ¿Asombro? O Solo se repite la historia.