España continúa fortaleciendo sus lazos comerciales y de seguridad con Marruecos, una nación que ha competido históricamente en diversos ámbitos con los intereses españoles. Mientras tanto, el sector agrícola nacional enfrenta desafíos significativos debido a la competencia de productos importados y la falta de apoyo gubernamental.

Importaciones desde Marruecos
• Incremento en importaciones agrícolas: En 2023, España importó de Marruecos un total de 459,45 millones de kilos de frutas y hortalizas, lo que representa un aumento del 104% en comparación con una década atrás. El valor de estas importaciones ascendió a 928,48 millones de euros.
• Productos importados: Entre los principales productos importados se encuentran frutas, hortalizas y otros productos agroalimentarios.
Donaciones y cooperación en seguridad
• Apoyo financiero y material: Desde el inicio del mandato de Pedro Sánchez, el Gobierno español ha donado al Ministerio del Interior de Marruecos un total de 118 millones de euros en ayudas, vehículos y material para la vigilancia de fronteras y costas.
• Equipamiento entregado: Estas donaciones incluyen vehículos todoterreno, camiones, ambulancias, lanchas semirrígidas, cámaras térmicas y visores nocturnos.
• Patrullas conjuntas: Además, la Guardia Civil española y la Gendarmería Real de Marruecos han llevado a cabo patrullas conjuntas con el objetivo de mejorar la colaboración en seguridad y control fronterizo, basándose en inteligencia compartida sobre redes criminales que facilitan la migración irregular y otras actividades delictivas.

Preocupaciones y críticas
Estas políticas han generado inquietud entre diversos sectores en España. La creciente dependencia de productos marroquíes afecta negativamente a los agricultores españoles, quienes enfrentan dificultades para competir en igualdad de condiciones. Además, las significativas donaciones en materia de seguridad a Marruecos han sido objeto de debate, especialmente en un contexto en el que la Unión Europea insta a fortalecer las capacidades defensivas internas.
Es esencial que el Gobierno reevalúe estas estrategias para garantizar que los intereses nacionales y la seguridad de España no se vean comprometidos en favor de relaciones bilaterales que podrían resultar perjudiciales a largo plazo.